Los rumores sobre el interés de compañías como Facebook por convertirse en un banco se empiezan a hacer realidad. Así podemos concluir de las recientes noticias en las que la compañía de Mark Zuckerberg ha anuncia la paralización del proyecto LIBRA, la criptodivisa con la que el gigante californiano también pretende liderar el mercado del eCommerce.
El proyecto es tan pionero que la compañía ha tenido que paralizarlo hasta resolver las dudas regulatorias. Zuckerberg, quiere que LIBRA esté regulada por el supervisor Suizo. Sin embargo, tras el anuncio, han caído truenos y centellas. A la preocupación de los reguladores europeos se ha sumado la de los legisladores americanos.
Pero, sobre todo, los malos presagios son los que provienen de la banca tradicional. No en vano, desde su anuncio, tres de los principales bancos centrales del mundo (Reserva Federal, Banco Central Europeo y Banco de Inglaterra) han mostrado su preocupación ante los efectos que podría tener en el mercado el lanzamiento de una criptodivisa por parte de un gigante como Facebook.
El plan de Facebook es mucho más ambicioso que sus colegas (Apple o Google) que, por ahora, se conforman con tener sistemas de pago propios que conviven con los servicios financieros y de pago de los bancos tradicionales. El camino se ha señalado.
En Europa, tal y como contábamos las semanas, pasadas, es fundamental tener en cuenta la nueva directiva de medios de pago (PSD2), aunque si finalmente Facebook y otras dan el paso, la regulación que deberá implementarse será mayor aún.
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